Desde la mirada SEER valoramos como un elemento de calidad pedagógica aquellas experiencias que se ajustan a un decálogo de buenas prácticas en educación emocionaldando respuesta a los elementos clave del «Modelo SEER de desarrollo socioemocional» y al desarrollo de la personalidad saludable.
Reconocemos las buenas prácticas en dos niveles de acción, activos institucionales y activos sociales. Así, certificamos entidades que trabajen ya desde sus bases y estructuras con un Proyecto Educativo que incluya la educación emocional como herramienta y como una metodología en todos sus ámbitos de acción, y certificamos actividades o proyectos que contemplen la educación emocional de forma amplia.