No han sido meses fáciles y, sin embargo, hay motivos para sonreír ¡FELIZ NAVIDAD!

Felicitación Navidad 2020

Me gusta cuando pienso en la sonrisa como una fortaleza o habilidad, esa capacidad enorme que, aunque pueda parecerlo, no es lo que hay detrás de la mascarilla. Es esa luz que se transmite con una mirada, un enfoque hacia la vida que comprende sólo con dibujarse todo el dolor, que abraza lo más profundo de nuestras almas porque sale desde la mismísima raíz de nuestros adentros.

Si la sonrisa es en cierto modo un fruto, un guiño a la vida. Cada fruto nace en nuestras raíces, esa parte de nosotros y nosotras que nos permite alimentarnos, pero… ¿de qué nos estamos alimentando este 2020?

Quién más, quién menos, durante este año hemos hecho de lo imposible, algo sólo difícil. Tal vez algunos de lo difícil hemos construido algo fácil, y quizá sólo unos pocos de lo fácil, incluso hemos podido convertir todo ello en divertido y bello.

Parecía, y puede parecer imposible lo que estamos viviendo, ¿verdad?, pero en el momento que eso es una posibilidad y esa posibilidad no depende únicamente de nosotros, entonces nos damos cuenta de que hay cosas que no podemos cambiar. En ese momento sólo, y digo sólo pero no porque sea poco, sí podemos elegir cómo vivirlas. Eso en sí, es el más grande factor de cambio y evolución.

¿Ya has elegido como vivir el cierre de este 2020? ¿Vivir este cierre con bienestar? Hemos aprendido este año que “bienestar” es una forma de mirar. Sí, es una mirada. Puede ser que las cosas no hayan, no estén yendo, o no vayan bien… pero siempre podré vivirlas desde un lugar sano para mí, para los míos, para esta humanidad.

Bienestar es un lugar sano de mí como persona, de nosotros/as como comunidad. Un lugar en el que nos podemos situar para sentir, observar e interactuar. Bienestar es sonreírle a la mochila emocional, a esas tristezas aún por resolver, a esa impotencia o desazón ante las cifras espeluznantes de aquello que estamos aprendiendo a entender como catástrofe, a ese miedo profundo de perder o dejar de ganar momentos y posibilidades. La posibilidad de poder volver a abrazarte, el momento de sentarme a tu lado en una mesa y compartirnos, la mera posibilidad de ver el reflejo de tu sonrisa en la comisura de tus labios. Sí, puedo estar bien y vivir sereno y en paz mi dolor, mi tristeza, mi impotencia y mi frustración, mis miedos y mis temores, mi estrés y la vergüenza, la culpa y… en definitiva, toda mi vulnerabilidad.

Créeme cuando te digo, y al decirlo me doy cuenta de que necesito buscar cierta aprobación cómplice en ti, que este año no ha sido fácil. Ha sido difícil y a la vez, simplemente nos ha quedado la posibilidad de vivir esa dificultad lo mejor posible. Por eso, cada día que me has preguntado cómo estaba, te he dicho que “lo mejor posible”. Eso no es mal, no es bien, pero es toda una declaración de intenciones, es que sea como sea lo que estemos viviendo, yo elijo mirar desde el bienestar. Pero oye, no te vayas a pensar que es sólo algo de cabeza o de mirar, es que me nace así porque le sonrío, siento que es lo que necesito, y elijo no sufrir, permito drenar, no me resisto a fluir.

Navidad no es el momento para juntarse, es el momento para revisarse, para reparar. Sí, yo sé, que bonito es poder hacerlo juntos. Hoy nosotros y nosotras lo hacemos desde la cálida distancia, desde ahí nos deseamos y te deseamos felices fiestas. Te deseamos bienestar como espacio en ti para volver a parar tal y como nos ha hecho entender la vida, esa necesidad de detenerse un instante, un momento, unas horas, días o tal vez semanas. Respirar lo que somos para comprender lo que tenemos, detener los momentos para agradecer de lo que disponemos, respirar para tomar fuerzas y amar todo hasta el último instante e incluso más allá del último latido.

Amar para comprender y así encarar un 2021 lo más reparador posible. Y es que oye, mejor reparar ahora lo que hay, porque no sabemos que nos depara lo que viene. Y mientras tanto, aprender a vivir en una cálida distància, mejor que en una fría soledad.

¿Sabes? La soledad también es la edad del sol, un momento de luz interior. Brilla como un cálido fueguito que alumbra la penumbra o como un cálido fueguito que ilumina sin cesar, pero, en cualquier caso, por favor no dejes de brillar.

¡Feliz navidad de este real e intenso 2020! No dejes de celebrar, porque celebrar es dar un lugar, es abrir o cerrar un ciclo, es entregar al universo lo que estamos preparados para trascender y echar raíz en lo aprendido. 2020, yo te celebro.

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